a que edad se le regala oibros a los niños

En el hogar nos chifla leer. Bastante. Ya hace tres años, contamos el menor tiempo para llevarlo a cabo. Y mucho más agotamiento encima, conque leídas tres páginas los párpados comienzan a cerrarse, pero aún de esta forma no desistimos, por el hecho de que en el momento en que algo disfrutas bastante prosigues tratando llevarlo a cabo hasta el límite de tus fuerzas. Lo que sí leemos mucho más son cuentos infantiles, pues de a poco, y si bien le costaba mantenerse quieta, Maramoto comienza a enseñar interés por la lectura. Tanto que hoy día no es extraño verla a ella leyendo sola, repitiéndose para sí las historias que nosotros le contamos y que se conoce de memoria. La pequeña langosta ha recibido varios libros como obsequio en días señalados como los cumpleaños o la Navidad, regalos que nosotros incentivimos entre nuestro ambiente. ¿Las causas? El día de hoy deseo comunicar con nosotros 7 causas para obsequiar libros a los pequeños (así sean sus hijos, sobrinos, nietos o los hijos de unos amigos lejanos). Seguramente se le suceden considerablemente más, pero estas son mis siete.

  1. Pues en la situacion de pequeños prelectores el obsequio es triple: no solo les andas obsequiando un libro, sino les andas obsequiando con tiempo con los progenitores. Y a estos últimos, con tiempo de comunicar con sus hijos. Leer en familia es una manera bella de remarcar el link con nuestros hijos.
  2. Por el hecho de que mediante la lectura, a partir de percibir a los progenitores contarles historias, nos encontramos prestando asistencia a los pequeños en el avance del lenguaje. Muchas de las primeras expresiones que comenzó a reiterar Mara estaban en los libros. Y muchas de las expresiones que suelta en este momento y que te dejan con los ojos libres las saca de los cuentos que leemos.
  3. Por el hecho de que con los libros y las historias que estos cierran asistimos a los pequeños a conocerse a sí mismos, a su ambiente mucho más próximo ahora admitir la diferencia.
  4. Por el hecho de que regalándoles libros les nos encontramos obsequiando historias, la posibilidad de ser varios individuos, de vivir aventuras de manera simbólica. Lo definía con perfección Manuel Jabois en Manu: “Qué deseo para mi hijo, me hago una pregunta en ocasiones si estoy trascendente. Que se expanda al aire libre. Que se rompa el brazo ocasionalmente para estar realizando estupidos funambulismos (…) Y que lea a fin de que sueñe un día ser pirata y el otro mosquetero sin sentirse absurdo; sin oír, deseo decir, que no merece la pena procurarlo”.
  5. Por el hecho de que mediante la lectura nos encontramos favoreciendo su avance sensible. Los cuentos infantiles son una manera fantástica de contribuir a nuestros hijos a comprender sus sentimientos, ponerles nombre y ordenarlos mediante links alcanzables y entendibles para ellos. Aquí están los espectaculares ejemplos de “El monstruo de colores” o “¿De qué color es un beso?”, que unen sentimientos con colores.
  6. Por el hecho de que los pequeños que tienen en la lectura un hábito consiguen mejores desenlaces académicos ya que tienen mucho más sencillez para leer y entender lo leído. La lectura les asiste para desarrollar su intelecto progresando su aptitud de concentración (de esto doy fe con Maramoto), abstracción, memoria y también imaginación. Esto, indudablemente, es lo último que pienso en el momento en que compro un libro en Mara o obsequio un libro a otro niño, pero todo suma.
  7. Y para mí entre los mucho más esenciales: pues obsequiando libros (a nuestros hijos ahora sus amigos) les nos encontramos dando valor a ojos de los pequeños, que los ven como un elemento esencial, digno de ser envuelto de forma cuidadosa en un papel de obsequio. Por lo menos tan esencial y tan digno como el mucho más complejo de los juguetes.

Elige contenidos escritos que produzcan cuestiones y que inviten a la reflexión

La literatura infantil de hoy trata temas próximos al lector ahora todo cuanto le circunda: la familia, las relaciones entre la gente , lo que nos hace contentos y también infelices, lo que procuramos en nosotros y en el resto, nuestros sueños, nuestros temores, nuestras esperanzas…

Los más destacados contenidos escritos son esos que argumentan a la necesidad que les pequeños deben entender sobre el planeta que les circunda, sobre la gente que desean, sobre lo que sienten. Un óptimo libro, sea para pequeños o para mayores, es aquel con la capacidad de hacernos pensar sobre todos estos temas y, mucho más que ofrecernos respuestas simples, desarrollan cuestiones que nosotros debemos contestar. Son libros que nos invitan a leer y releer pero asimismo a charlar sobre lo que hemos leído, a comunicar nuestra lectura ahora llevar a cabo participantes a el resto de lo que hay en nuestro interior.

Mejoran la experiencia de estudio

Obsequiar libros es obsequiar conocimiento, o sea, agrandar el vocabulario, la aptitud de entendimiento, etcétera. En resumen, los libros mejoran la experiencia de estudio de los pequeños pues mediante ellos fijan sus entendimientos de manera sencilla y con gusto.

Los libros no tienen límite de edad: hay para todos y cada uno de los concretes, pero asimismo hay de todo género de capitales, formatos, temáticas, por ejemplo categorías. En el catálogo de esta Navidad seguramente vas a encontrar libros de todo género:

DIVERSIÓN!

Si, diversión. Tienen la posibilidad de insistir prejuicios como que los libros forman parte al campo “intelectual” o son para la escuela, que son apropiados para pequeños mayores (o solo jovenes o mayores) o que los pequeños no los gozan como sí que lo hacen con un juguete. Pero la verdad es que en la actualidad hay una extensa variedad de libros que tienen la posibilidad de producir una gran sonrisa y expresión de sorpresa al abrirlos como obsequio.

Estos libros aportan la experiencia alén de la lectura. Un caso de muestra de esto son los libros de Herve Tullé: tienes que apretar un punto y ver qué ocurre, batir el libro a fin de que se mezclen las ilustraciones, jugar a manipularlo mientras que continúas en la lectura. Para los pequeños mucho más pequeños, los libros en los que tienen la posibilidad de tocar texturas, cuadrar figuras, apretar botones que produzcan sonidos son una enorme opción.

Alentar la lectura

Más allá de que las opciones de decisión de libros desde los diez años son ya amplísimos, a esta edad estamos con un inconveniente que se reproducirá en todo el tiempo: los pequeños leen las lecturas que se les manda en la escuela, pero van perdiendo interés en los libros como hábito. Los progenitores debemos conseguir la compromiso de estimularlos a la lectura por gusto, no por obligación.

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