Hace un par de días una amiga nuestra (de mi pareja y mía) se puso muy insistente (que no pesada) en hacer una videoconferencia conjunta.
Tenía que ser una videoconferencia con mi pareja y conmigo.
– ” oye, no sé porque está tan insistente”
– “no sé, querrá que hagamos un taller suyo de ioga porque nos ve estresados”
– “y eso que no sabe el chiste”
– “¿qué chiste?”
– “Pues es un señor que una noche se pona a soñar con 2+1”
– “¿2+1?”
– “si…. Todo el rato 2+1 , 2+1 , 2+1,…. Y así una noche tras otra hasta que se obsesiona tanto que lo piensa por el día también”
– “¿el 2+1?”
– “El 2+1… entonces va al doctor y le explica la historia… doctor que yo estoy obsesionado con el 2+1…. Todo el rato estoy pensando en 2+1… ¿Qué tengo?…”
– “¿y qué tenía?”
– “el doctor lo mira detenidamente y le dice; ya sé lo que tiene usted… usted tiene ¡estrés!”
– “¿Cómo?”
– “jjajaja…. Pues que tenía ¡2+1=estrés!…. jajajajajaja”
– “por Dios… hoy duermes en el sofá…”
¡Maldita sea!
En fín.
Volvamos a la historia.
Habíamos a las 18:00 y ya me veía haciendo saludos al sol el resto de la tarde.
A las 18:10 estaba llegando a casa y me han llamado al teléfono.
– “¿cuándo llegas?”
– “cinco minutos, ¿ya habéis empezado?”
– “venga, corre, que es importante”
– “voy, voy….” – acelero mientras pienso “que estrés con la clase de ioga”
Llego a casa y… ¡Sorpresa!… en la videoconferencia no solo esta nuestra “insistente” amiga sino que hay unas 5 personas más.
Estoy en medio shock.
¿y vamos a hacer una clase de ioga con todos ellos?
Qué vergüenza.
Y si tengo que hacer el pino-puente ese del ioga , no me sale, me pego un tortazo y todos se pondrán a reír.
Menuda tarde me espera.
¿no me puedo escapar?
¡Ya está!
Ideo un plan;
Plan Aà hablar hasta que se haga tarde y todos tengan que marcharse a hacer algo más.
Plan Bà caerme de la silla (así sin más) y torcerme el tobillo.
Si, ya sé que es complicado, pero estoy desesperado.
Plan Cà Escapar. Salir corriendo. Como Forrest Gump. Correr y no parar. Correr y no mirar atrás.
Pongo en marcha primero el Plan A.
Y me pongo a hablar…. y a hacer chistes… y mientras pienso que no entiendo nada… y mis neuronas empiezan a patinar….
“¿Que esta pasando aquí?” me pregunto.
Y seguimos hablando de cosas de la vida… “¿pero esta videoconferencia para que es? ” – pienso
Pero todo el mundo sigue como si no pasara nada…
Por lo menos no estamos haciendo ioga grupal por videoconferencia.
¿estará saliendo bien el plan?
¿los estaré engañando?
Después de bastantes minutos de conversación amena, alguien dice “He enviado un link en el chat. ¿Porque no lo abrís?”
Pues lo abro. O lo intento. Porque tengo que pedir permiso. Que complicado es esto.
Parece un dibujo (me parece leer jpg) y pienso “esto será una foto de cuando íbamos a alguna excursión a la montaña o algún encuentro o… vete a saber… “
Me espero cualquier cosa divertida o entrañable para seguir hablando del pasado o el presente o yo que sé…
Pero no.
Es una tarjeta.
Y pone;
” Regalo de un fin de semana.
En un balneario.
Con cena incluida.
Con canguro incluido.”
Firman unas 25 personas.
Pero…
Pero…
Pero…
¿Qué es esto?
Estoy en shock.
No sé qué decir.
Abrazo a mi hija que pasaba por ahí
– “¡papa! ¿qué haces?”
– “lo siento hija, necesito abrazar algo y no tenemos gato”
– “¡abraza a mama!”
– “mama está abrazando una almohada”
Pero…
Pero…
Pero…
No es el cumpleaños de mi pareja
No es mi cumpleaños.
No es nuestro cumpleaños.
No sé qué es.
Pero me ha llegado al alma.
Y sigo sin saber que decir.
Y a mi pareja le ha soltado la lengua.
Menos mal.
– “papa, ¿me puedes soltar”
– “no hija mía, no puedo”
– “¿por qué?”
– “porque no tenemos gato para abrazar”
Y no hay más que contar ni corolario para explicar ni chiste que hacer. A veces la vida te da un regalazo sin esperar y posiblemente sin merecerlo,
Pero…
Pero…
Pero….
Pero sigo sin saber mucho qué decir ni cómo hacerlo.
Eso sí, en un momento u otro…. ¡habrá que disfrutarlo! XD