Resulta sobrecogedor que una institución que está construída para conformar a personas contentos, sea el sitio donde ciertos estudiantes hallan mal, angustia, desesperación e inclusive la desaparición. Hablo del bullying o acoso escolar. Hablamos de un acto o serie de actos intimidatorios y comunmente violentos o de manipulación por la parte de una o múltiples personas contra otra o múltiples personas, comunmente a lo largo de cierto tiempo. Es ofensivo y se apoya en un desequilibrio de poderes.
Acabo de prologar un libro, dirigido por Arnaldo Canales, que próximamente va a ver la luz en Santiago de Chile. Se titula “Historias que sanan”. Una hermosa paradoja este título puesto que las historias que han provocado daño, siendo explicadas, curan a quienes las cuentan y quienes las leen. Arnaldo, presidente de la Fundación Liderazgo Chile y también motor de la Ley de Educación Sensible en este país, predica con el ejemplo. Solicita que otros escriban, pero eso él hace asimismo en un doble y intrépido relato, uno en el que humildemente se confiesa verdugo y otro en el que detalla sus experiencias devíctima.
La película tiene que ver con la relación entre Melvin, un excéntrico escritor con un trastorno obsesivo compulsivo (la cuarta patología mental más habitual en los países industrializados) y fantásticamente interpretado por Jack Nicholson, con una camarera y su vecino homosexual.
El inconveniente de accionar de Melvin le impide sentir cualquier rastro de empatía por esos que le cubren. Su egoísmo es radical y tan solo está preocupado en agradar sus pretensiones, sin tener en consideración los sentimientos o pretensiones del resto, aun llegándolos a ridiculizar.
Estudiar del mal y eludir el padecimiento
Aparte de lo comentado, estudiar del mal significa comprender que hay gran diferencia entre la sensación involuntaria que nos genera algo que nos hace deteriorar y la permisión de dejar que esta sensación se alargue en el tiempo hasta transformarse en padecimiento.
“Es así como se cura una herida: comienza a encerrarse sobre sí, a resguardar lo que duele y, una vez clausurada, por el momento no ves qué hay debajo, lo que provocaba el mal.”
De qué forma estudiar sin límites
El hombre tiene un don y un obsequio único. La aptitud de estudio continuo. Es un obsequio que varios no admiten por el hecho de que estiman que es mucho más cómodo comprender lo que saben. En otras expresiones: sus vidas son mucho más fáciles siendo tontas. Se cierran una puerta que oculta infinitas opciones. Estudiar cuesta pero tiene el premio. El ahínco merece la pena.
- Estudiar un conocimiento preciso para replicarlo es la manera clásico de estudio. Es bastante limitada por el hecho de que necesita que las permanentes se queden siempre y en todo momento igual. Pero habitamos un planeta dinámico en el que cada 2 por 3 cambian. Exactamente el mismo día del examen el saber conseguido por el momento no sirve pues ha caducado sin que lo sepas.
- Estudiar a arreglar un inconveniente con un procedimiento radica en no ofrecer la solución pero ofrecerte pistas para localizarlas. ¿Qué realizar para conseguir la solución de un inconveniente al que nos encaramos por vez primera? No tenemos la posibilidad de replicar lo que entendemos con lo que nos asiste a utilizar un procedimiento que comporta llevar a cabo cuestiones para conseguir la contestación.
- Estudiar a estudiar es la clave de los tiempos en los que vivimos. Únicamente esos capaces de absorber nuevo conocimiento y reciclarlo de manera eficaz en el momento en que haya pasado la fecha de caducidad van a ser capaces de subsistir en la era de la información. La disponibilidad no es la solución, sino el inconveniente por temas de infoxificación. Estudiar a estudiar, es estudiar sin límites.