Si bien pensamos en la displasia de cadera (HD) como un “inconveniente de etnias enormes”, un perro pequeño, el Pug, está en la parte de arriba de la clasificación de la OFA. En verdad, he argumentado en una publicación previo que no es el tamaño del perro, sino más bien la “solidez” del perro lo que semeja tener la mejor asociación con la clasificación en la “lista de caderas” de la OFA. Asimismo señalé que había pruebas visibles de que el consumo de alimentos afectaba al peligro de desarrollar EH. Los perros chiquitos de Labrador Retriever criados con una dieta limitada pesaban menos que sus compañeros de camada en el momento en que eran mayores, desarrollaron signos de displasia bastante después en la vida y asimismo vivieron mucho más tiempo. Precisamente, la proporción de alimento que los perros fueron alimentados desde perros chiquitos hasta mayores afectó al peligro de desarrollar caderas displásicas. Pero, ¿el efecto hay que a la tasa de desarrollo o al peso? Hay visibles diferencias entre etnias en las tasas de desarrollo. Este es un gráfico de las curvas de desarrollo de 12 etnias de perros que cubren el rango de tamaño corporal adulto desde Papillon hasta Mastiff. Las etnias enormes son substancialmente mucho más pesadas que las mucho más pequeñas a las 2 o 3 semanas tras el nacimiento, siendo la trayectoria del desarrollo exponencial a lo largo de precisamente los primeros 8 meses. Al paso que las etnias pequeñas alcanzan la masa corporal adulta a los 6-8 meses, las etnias mayores no llegan al peso del cuerpo adulto antes de 1 año y las mayores prosiguen incrementando de peso hasta 18 meses. Por consiguiente, la tasa de desarrollo está relacionada con el tamaño corporal de los mayores, y los perros que medran mucho más veloz pesarán mucho más, con lo que es bien difícil dividir experimentalmente los efectos del consumo de alimentos y el peso. Pero tenemos la posibilidad de ver el efecto del tamaño sin el efecto de confusión del consumo de alimentos si observamos a los perros chiquitos recién nacidos. Una investigación de Terranova, Labradores, Leonbergers y Lobero irlandés prosiguió a los perros desde el nacimiento hasta los 9 años (Vanden Berg-Foels et en 2006). Se dieron cuenta que el peso de los perros chiquitos al nacer se veía perjudicado por el tamaño de la camada: las camadas mucho más pequeñas tenían perros chiquitos que pesaban mucho más al nacer. Además de esto, estos mayores perros chiquitos tenían mayor peligro de anomalías o lesiones del cartílago de la cadera a los 8 meses. O sea más allá de que las crías que eran mucho más pequeñas al nacer tuvieron un desarrollo exponencial “de restauración”, con lo que a los 12 días por el momento no hubo diferencias de peso debido al tamaño de la camada. Cuanto mucho más pesaban los perros chiquitos. al nacer, mucho más posible era que tuviesen anomalías o lesiones en el cartílago de la cabeza del fémur en el momento en que tenían 8 meses de edad. Además de esto, para las crías de un tamaño concreto, los machos tenían mayor peligro de anomalías de las lesiones que las hembras. Por consiguiente, un cachorro macho que pesaba mucho más de 0,4 kg al nacer o una hembra que pesaba mucho más de 0,5 kg tenían un peligro superior al 50% de desarrollar anomalías en la cadera. Este ensayo recomienda que es el peso del cachorro prontísimo en la vida, y no la tasa de desarrollo, el aspecto importante en el avance de la EH. Como apuntan los autores de este estudio, los perros chiquitos mucho más pesados podrían retar la aptitud de soporte de los tejidos conectivos inmaduros y el esqueleto. Si esto deja alguna laxitud de la cabeza del fémur, la región de contacto sobre la que se distribuye la fuerza se reduciría, poniendo mucho más tensión en las ubicaciones de contacto. Conforme el peso del animal prosigue incrementando con el desarrollo, un ajuste menos que especial de la cabeza del fémur en la cavidad de la cadera podría generar un período viscoso de daño y una mayor laxitud que ocasionalmente podría manifestarse como caderas displásicas . Concluyen que “Estos desenlaces apoyan la hipótesis de que el incremento de peso del cuerpo a lo largo del periodo postnatal temprano crítico fue bastante para modificar el curso del avance de la cadera y ofrecer como resultado cambios degenerantes medibles en la edad avanzada”. Conque nos quedamos con estos pensamientos: Los perros chiquitos de camada mucho más enormes pesan menos al nacer Los perros chiquitos que pesan menos al nacer medran mucho más veloz y llegan a los perros chiquitos mucho más enormes Los perros chiquitos de camada mucho más pequeñas pesan mucho más al nacer, no medran tan veloz como los perros chiquitos de camada mayores y es mucho más posible que hagan ver cambios degenerantes en la articulación de la cadera en el momento en que medren La línea de fondo: El peligro de displasia de cadera está relacionado con el peso de un cachorro en el momento en que nace. La endogamia causa depresión endogámica , cosa que resulta en camadas mucho más pequeñas. Las camadas mucho más pequeñas tienen perros chiquitos mucho más enormes. Los perros chiquitos mayores tienen mucho más posibilidades de desarrollar displasia de cadera.
Hmmmmm.Por Carol Beuchat PhD+2
Historia del Pastor Alemán
El Pastor Alemán nace a fines del siglo XIX en Alemania como perro pastor. Su origen procede del cruce de múltiples perros pastores, intentando encontrar siempre y en todo momento sostener las características de resistencia, sabiduría y aptitud de trabajo de sus predecesores.
El capitán de caballería del ejército alemán Maximilian von Stephanitz, que se considera el padre de la raza, descubrió un perro de aspecto lobuno llamado Hektor Linksrhein, que cumplía sus idóneas de perro fuerte, noble y también capaz. Lo adquirió y le cambió el nombre por el de Horand von Grafrath. Se habla del primer Pastor Alemán registrado como tal.
Se Obsequia Pastor Alemán Por No Poder Atender
Pese a su excelente fachada, los pastores alemanes con frecuencia son mucho más suaves en el corazón que la multitud se da cuenta. No obstante, usted ha acogido últimamente a un nuevo bebé en la familia y ahora tiene unos cuantos jóvenes. Conque, usted desea cerciorarse de que no hay nada de qué preocuparse con su pastor alemán, puesto que en ocasiones se conoce que son increíblemente protectores.
Entrenarlo para ser amable asimismo va a venir con una sucesión de otros provecho. No deberás inquietarte en el momento en que los convidados o la multitud novedosa vengan a la vivienda. Tampoco deberás ingresar en pavor en el momento en que otros perros y personas pasen por la calle. Además de esto, no deberás estar siempre y en todo momento alarma si tus hijos y tu pastor alemán están en exactamente la misma habitación. Este género de entrenamiento afirmará asimismo su situación como líder del bulto.