Todos tenemos ese tío lejano al que no hemos visto demasiadas veces durante nuestra vida, pero al que sin embargo estamos obligados a regalar el día de su boda. O ese compañero de trabajo al que no nos sentimos muy cercano pero al que por alguna razón ahora le están preparando una fiesta sorpresa de en la oficina.
Otras convenciones…
Puede, por otro lado, que el regalo se vuelva obligatorio solo por la naturaleza misma de la celebración, o porque nos han avisado a última hora, o incluso porque nosotros mismos no somos muy dados a pensar demasiado en qué obsequiar. Para todas estas situaciones te dejamos aquí varios consejos que seguro te serán de gran utilidad si te encuentras en esta situación.
Cuando te invitan a casa de alguien siempre surge la misma duda ¿Llevo algo de regalo? En principio, no es obligatorio llevar nada, pero si no se tiene demasiada confianza con el anfitrión, es un detalle bastante oportuno para agradecerle la gentileza de la invitación. Sin embargo, el regalo nunca debe convertirse en una muestra de ostentación o superioridad. Se dice que “los pequeños regalos mantienen las grandes amistades”.
En el caso de que sea una cena informal, un picoteo, o si los anfitriones son amigos, puedes preguntarles directamente si quieren que aportes algo al menú para poder degustar todos juntos. ¡Recuerda que un regalo para los niños de la casa siempre será bien recibido!
Siempre ten cuidado con qué regalas
Aunque hay regalos que por convención todos aceptan de buena gana, hay otros que podemos asumir serán del agrado de nuestro destinatario solo por nuestras preferencias personales.
Este es el caso, por ejemplo, de las plantas. Si no conoces al anfitrión demasiado, no regales flores o plantas. No solo puede ser alérgico él o alguien de su familia a estas, sino que quizás no disponga de ningún espacio exterior en su vivienda, y la naturaleza de interiores no sea de su agrado
Lo mismo sucede con las bebidas. No es muy recomendable aparecer con la clásica botella de vino si visitas una casa por primera vez. El anfitrión seguramente tenga decidida la bebida que va a servir en el menú, y se puede sentir en el compromiso de tener que abrir tu vino. Además, puede incluso que éste sea abstemio y tu regalo sea percibido como una falta de tacto de muy poco gusto.
Plano corporativo
Quizás en este contexto lo más beneficioso sería informarnos a través de otros compañeros de trabajo de cuáles son las preferencias de la persona a la que tenemos obligatoriamente que regalar. Pero ya se trate de un amigo secreto o de alguien que se retira de la empresa, hay regalos estándar, como unos pañuelos de buena calidad en el caso de un hombre, o una colonia agradable en el de una mujer, que siempre te pueden sacar del apuro.
En cualquier caso, te recomendamos mantener esta lista de consejos a salvo en tu blog de notas, y no olvidar darle una ojeada cuando llegue ese difícil momento.