Cómo tomar vino correctamente: todo lo que debes saber

La primera regla para saber cómo tomar vino correctamente es hacerlo como te dé la gana, faltaría más. Nadie tiene por qué venir a contarte cómo tomar vino tinto correctamente (ni blanco, ni rosado, ni espumoso ni intergaláctico). Otra cosa es que quieras quedar bien socialmente. En ese caso es necesario seguir ciertas normas (no muchas ni muy complicadas) para quedar como un marqués.

Es lógico que, si vas a asistir a un evento, celebración, fiesta o banquete de postín, no quieras quedar como un Paco Martínez Soria recién llegado a la ciudad, bebiendo un Gran Reserva directamente de la botella.

Ojo, el vino se puede tomar de botijo, de porrón y sí, de la misma botella, pero hay que reconocer que en público queda bastante mal.

Y, sin más preámbulos, veamos cómo y con qué se toma el vino tinto (y todos, en general).

Cómo se debe tomar el vino

Si has sido invitado a alguna reunión en la que se vaya a consumir un vino de calidad y quieres estar a la altura, o si tú mismo eres el anfitrión y no quieres quedar mal ante tus invitados, solo tienes que seguir los siguientes consejos.

Cómo abrir la botella

Toda una ceremonia que, a no ser que cuentes con mayordomo o servicio, tendrás que hacer tú mismo cuando seas el anfitrión. Es muy sencillo. Solo tienes que seguir los siguientes pasos:

  1. Corta la cápsula protectora que está situada debajo del gollete. No en la primera hendidura, sino la que está localizada debajo del anillo..
  2. Gira el sacacorchos y la mano, no la botella. Una botella de vino no es un bailarín de break dance que da vueltas sobre su propio eje. El vino no está para que le metas esa serie de meneos. Lo suyo es que la etiqueta siempre esté mirando hacia tus invitados en el momento de la apertura.
  3. Para servir, coge la botella por su base. Nada de hacerlo agarrándola por el cuerpo, ni mucho menos por el cuello, algo que queda fatal.

Qué cantidad de vino hay que echar en cada copa

En situaciones formales hay que tomar el vino en copa, no hay más. Ahora bien, ¿cuál es la cantidad que hay que echar en cada una de ellas?

Bien, una botella estándar tiene una capacidad de 750 ml, mientas que una copa, también estándar, la tiene de 150 ml. Podría parecer que, con estas medidas, cada botella debería dar para cinco copas, pero no es así.

Lo cierto es que nunca se debe servir la copa hasta el borde, por lo que probablemente la cantidad de vino que salga de cada botella sirva para rellenar seis copas.

Esto es válido para los vinos tranquilos (tintos, blancos y rosados) y para los vinos espumosos. Sin embargo, los vinos especiales, fortificados y dulces se suelen servir en copas de 90 ml (así se oxigenan mejor), por lo que el número de copas que salen de cada botella es superior.

Cómo coger la copa

Las copas deben sujetarse siempre por su pata o por su base, nunca por el cuerpo. Se hace así para evitar que el vino se caliente por la acción del calor de las manos. Además, es una forma de evitar que la copa se manche con los restos de comida que podamos tener en las manos.

Cómo probar el vino

No hace falta hacer la ceremonia ritual que llevan a cabo los japoneses cuando beben sake, pero hay que echarle un poco de clase al asunto.

Tómate el tiempo que necesites, mueve la copa lentamente, deja que se vaya abriendo, disfruta de su fragancia y, por fin, atácalo. Pero con suavidad, saboreándolo, dejando que explosione en boca. El agua es una necesidad y el vino un placer, no lo olvides.

 

La última regla para saber cómo tomar vino correctamente es hacerlo con moderación. De nada servirá seguir el más exquisito protocolo si el resultado final es una melopea de espanto. Y, por supuesto, si vas a conducir, ni probarlo.

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