Por si acaso teníamos poco con la ola de corrupciones de los últimos tiempos, el bono del presidente de Extremadura se nos descuelga en este momento con un caso que no es, por nada, nuevo en el diagnóstico y la etiología, pero que tiene el incierto honor que ser una perfeccionada antología del disparate ya que logra reunir lo inmoral, lo incoherente y lo cínico en un único panorama realmente grotesco. Primero afirma el hombre que los viajes les había comprado; solamente volverlo todo -dejando claro que no lo había comprado todo- y después el bono de Rajoy, que no tuvo su mejor semana, se presta a salir a la convención del PP que, para mucho más INRI, tenía como a objeto de las Buenas Prácticas, apoyando incondicionalmente a quien visitaba alguna señora habitante en Canarias con cargo al tesoro público, y todo ello aliñado por clamorosos aplausos de sus correligionarios extremeños y llorosas expresiones del guía político de Monago, como aspecto del asilo para la ocasión con el fin de comprender a quienes aún alojaran alguna duda de la honradez cristalina del fogoso gobernante. Pero es que, prácticamente en exactamente la misma oración, el presidente no se corta en comunicar medidas de regeneración, sin percatarse de que antes habría sido indispensable no respaldar lo que apoyó. Para acentuar mucho más el despropósito, se da la coyuntura de que el sustituto en el refocil canario, un diputado por Teruel, “es dimitido” a la voz de ahora pues se ve que la señora Rudi no posee intención de prorumpir en estos clamorosos aplausos, con la lo que deja en prueba al gerifalto extremeño, por mucho que el turolense alegue en plan torero que se marcha pues no debe admitir las críticas que le hicieron por Twitter y por devoción a su familia. Son muy familiares. Pero, en resumen, alén del absurdo de la situación, que poco nos perjudica por el hecho de que nos encontramos curados de espanto, lo grave es lo que todo lo mencionado revela palmaria y transparentemente el desempeño de adentro, real, de nuestro sistema político a fin de que en la nuestra casta le semeja algo habitual que en algunas instituciones como el Parlamento, el CGPJ, Bankia (y ahora observaremos si existe alguna mucho más) los usados logren gastar dinero sin control alguno, cosa que no sucede, creo yo, ‘Administración Central -otra cosa son las autonómicas ni, como es natural, a la compañía privada, donde el refrán “el ojo del amo engorda al caballo” es Verdad Revelada. No, la clase política es diferente, y parece ser mucho más elevada y confiable, fuera de cualquier duda viable: no, “el congreso no es un instituto y los parlamentarios son mayores”, hecho incontrovertible que distancia toda oportunidad de acto inmoral o ilícito, como revela la inigualable y también limpia ejecutoria del PP y de otros partidos en los últimos tiempos. Habitual que afirme el ínclito Posadas: “Yo no pienso ejercer de controlador del trabajo de los miembros del congreso de los diputados. No soy partidario de supervisar la actividad del diputado que, en ciertos casos, tiene un carácter que, de no ser misterio, cuando menos es sutil”. Y tan sutil, cuando menos en un caso así. No terminan de darse cuenta nuestros representantes de que el dinero público sí es de alguien, en concreto del Estado y también de forma indirecta de los impositores que son los que los ponen. Y de ahí que hay tres máximas muy sencilitas que los gestores deberían entender: Primero, deseamos enterarnos de qué lo gastan, básicamente por el hecho de que, como lo ponemos nosotros y solo lo ponemos para cosas que nos interesen, nos agradaría comprender como se emplea por de esta manera, si brotara alguna discrepancia sobre si se ha empleado bien o no -lo que no es de vaticinar, naturalmente- tengamos la posibilidad protestar y ocasionalmente recobrar ese dinero, que nos cuesta bastante conseguir a la mayor parte de los ciudadanos , pisados recurrentemente por los órganos este Estado que necesita ansiosamente nuestra colaboración económica. Es esto de la transparencia de lo que se charla tanto y para lo que han perpetrado una ley cuyo espíritu, aparentemente, no va. Y sucede que tengo para mí –pero es un sospechar malicioso- que si hubiesen aparecido en una página todos y cada uno de los viajes de Monago y las causas de exactamente los mismos no habría habido treinta y 2, que habría habido varios menos. O aun ninguna. Segundo, nuestros representantes no tienen ninguna presunción de inocencia. Por contra, la tienen de responsabilidad. La presunción de inocencia es un expediente procesal en el marco del derecho penal para eludir que paguen inocentes por sencillos rastros. Pero en el planeta real, en el momento en que se hace dinero de otro no existe nada que alardear: si me falta dinero de la caja, falla la seguridad y marchas a la calle. Yo lo afirmaba yo en un viejo articulo sobre Bárcenas, pero hay que proseguir insistiendo: una cosa es la compromiso penal, y otra la política, y para esta es bastante con la carencia de seguridad. Monago no posee, como afirmábamos ayer irónicamente en una asamblea familiar, un “colchón de seguridad”. A efectos prácticos, estas ocasiones deberían conducir a la dimisión de los cargos políticos que no lograran argumentar bastante estas acusaciones, si bien no derivaran en compromiso penal. Tercero, conclusión inmediato de ámbas precedentes: las cosas son buenas o malas independientemente de que alguien te esté viendo. Semeja tal y como si hubiese un principio general del ordenamiento jurídico-político español que podría enunciarse de este modo: si no me tienen la posibilidad de coger, es legal, y si es legal, es bueno. Este principio está en la raíz del caso Divar o de las recientes tarjetas black. Esta regla no redactada se fundamenta, por una parte, en una cuestión cognitiva que les relaja la conciencia, una suerte de “estado confusional” que aqueja a nuestros políticos (como aquel que afectó al insigne sindicalista de Bilbao que tiene un millón de euros) ) y que les impide cuestionarse, si les dan una tarjeta o si les abonan sin más ni más un viaje, si estos provecho están relacionados con su trabajo o son algo especial, y sacarlos las conclusiones pertinentes; por otro, en una cuestión sensible, consistente en considerarse inimputable por la alta misión que desarrollan, que justifica cualquier gasto, grande o pequeño. Y por el momento no te digo un integrante del Senado, ese órgano insustituible cuya herramienta absolutamente nadie se cuestiona por el hecho de que no posee relevancia que sea redundante o repetitivo. 2 porciones de políticos no es tanto. En la situacion Monago se reúnen todas y cada una estas situaciones: falta de transparencia en los viajes, presunción de inocencia enmascarada donde fuerzas escondes le atacan pues exactamente es un paladín anticorrupción, y se trasluce precisamente que ha considerado que si no debe justificar la causa de los viajes es por el hecho de que puede realizar lo que le dé la gana por el hecho de que es tal y como si fuera de el. He tenido la posibilidad de oír asimismo razonamientos que procuraban eliminar hierro a la cosa, que se encontraba separado y veía a su novia y que hay que conciliar la vida familiar y laboral, que es muy normal que el Congreso o el Senado te pague los viajes hasta dónde se encuentra tu familia, pero temo que va a costar justificar treinta y 2 viajes a Canarias a un Senador por Extremadura, pues por amplísimo que tengamos el término posmoderno de familia, no pienso que logre integrar en estos desplazamientos ni la visita a la novia a múltiples una cantidad enorme de km ni desplazamientos que no sean rigurosamente del Senado sino más bien para un mitin del partido, que tampoco lo debemos abonar todos. Claro que debo admitir que si este tema me da cien patadas no es solo por el dispendio, sino más bien asimismo, y prácticamente mucho más, por la manera en que ha reaccionado el sistema: el presidente diciendo que le apoya sin más ni más no asegurando vacías reformas en temas de corrupción contradichas ipso facto por la verdad al no accionar contra lo que tiene frente a las narices; los compañeros de partido, que no vacilan en respaldar a entre los suyos de una forma tan clausurada que nos detallan precisamente que no se encuentra dentro de los nuestros, de los ciudadanos; el presidente del Congreso que renunciando a supervisar a los miembros del congreso de los diputados nos dice que le importa poco que se gaste bien o que se gaste mal, pues ese dinero no sale el bolsillo. Y todo lo mencionado en un contexto de alcaldes detenidos, Eres, y jordipujoles. No se conoce si son unos inconscientes, topos de Tenemos la posibilidad de, desean eliminar el sistema o todas y cada una de las cosas al unísono. El pasado día volvía Rodrigo Tena, Elisa de Nuez y yo mismo de enseñar nuestro libro en Barcelona y, meditando sobre estas cosas, nos preguntábamos si para eludir la corrupción y las malas prácticas era más esencial la educación y la ética (estos autobuses extranjeros que absolutamente nadie controla, esos dispensadores de periódicos que se abonan de forma voluntaria) o si es preferible que existan los controles precisos a fin de que las instituciones estén a prueba de corruptos, y también importe menos la honradez personal. En el final concluimos que lo destacado sería que uno se autocontrolara; pero mientras que esto no logre ser de esta manera, por el hecho de que ni somos suecos ni lo vamos a ser en un corto plazo, es requisito remarcar las instituciones con transparencia y controles. De momento, tenemos la posibilidad de votar en change.org a fin de que el Congreso y el Senado hagan públicos los costos de los parlamentarios.
Se va a aplicar a todos y cada uno de los sorteos organizados por la Lotería y Apuestas del Estado (LAE), estos son: Lotería Nacional, La Primitiva, Euromillones, BonoLoto, El Gordito de la Primitiva, La Quiniela, El Quinigol, Lototurf y Quíntuple agregado, a todos y cada uno de los organizados por las comunidades autónomas, los de Cruz Roja y los de la ONCE. Además de esto, se va a aplicar asimismo a los premios de la Unión Europea de organismos afines a los nombrados previamente.
Se va a pagar por todos y cada uno de los premios de los sorteos festejados desde el 1 de enero de 2013.