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Me estoy dejando llevar… Y lo malo que he podido llevar a cabo para terminar de animarme el día de hoy es oír la sintonía de “Lo que es necesario para ti es amor”. ¡Qué enorme programa, eh! ¿Sabéis que hace 20 años? Que sí, que era un boderio infumable, pero que todas y cada una lo veíamos. Yo con el pavo de la adolescencia siempre y en todo momento me imaginaba como la personaje principal… Terminantemente el embarazo me tiene las neuronas perdidas en algún lugar lejano. ¡Que alguien me pare antes que sea bastante tarde! Y el próximo 14 de febrero me viste de colorado de pies a cabeza, adquiera rosas rojas por vez primera en mi vida y prepare una comida romántica a la luz de los cirios y de este bombo de 34 semanas con vida propia oculto bajo un picardías de talla XXXXL, que va a hacer el resto. Vale, la imagen es algo ridícula, pero por un instante me he oído la personaje principal de la última campaña de lencería femenina de la ciudad de los ángeles estos. ¿De qué manera se vino esa iniciativa excelente de proclamarme embajadora del día del amor? Les cuento #malasmares. Ayer estuvimos cerca. Al fin, tras semanas, logramos cuadrar horarios y sentarnos a cenar los tres. No deseo ni meditar la logística de hallar ese instante en el momento en que seamos 4, mejor no pensarlo, por qué razón nos deprimiremos ahora. Al que iba, buen padre, buena hija y yo, en la mesa del comedor, con mantel de lona y todo. Nada de bandejas veloces, cenando cada uno de ellos a una hora en un caos gastronómico que mejor no describirlo. Ayer fue distinto. Lo esencial era estar los tres sentados, no los manjares que nos acompañaban. No puedo dejar de reír bajo mientras que escribo y recuerdo la benjamina: – “Mamá, la trucha está muy, muy rica aaaaa” – afirmaba con una sonrisa de oreja a oreja la buena hija a cada mordisco. ¿Y qué podía llevar a cabo yo en ese instante? ¿Desmontarle un mito? ¿Confesarle que yo no había hecho la tortilla? ¿Confesar quizás que era una tortilla plasticosa, que si bien nos supiese a gloria a esas horas, había retrasado en hacerse precisamente 2 minutos en el microondas? ¿Estirar al garete mi plan con mis amigas de iNutralia por un resbalón culinario? Ya que no… Esta tortilla, sobre platos del domingo, acompañada de pan congelado, algo de lechuga marchita y una medida pequeña de agua en copa de vino alta nos supo gloria. Y nos divertimos de nuestra cena romántica, diciendo: “esto hay que repetirlo mucho más, cariño”. Y en esa nube de algodón rosa iba flotando hasta el momento en que todo volvió a su ser. Las diez de la noche marcaba el reloj y buena hija, modificada por la emoción actualmente vivido, sin estimar reposar. Yo sin bañarme, el salón lleno de packs colorados y camisetas para plegar y la cocina sin agarrar con un fragancia profundo de tortilla que echaba atrás. Pero pasada una hora, el silencio volvió a casa y nos dejamos llevar con lo que tienden a ser nuestras noches románticas: el buen padre y una servidora codo con codo empaquetando KITs de San Valentín.

celebracion

Y en estas estábamos en el momento en que caímos en lo que jamás debe hacerse a estas horas: “charlar de la relación, de nuestra relación, de de qué manera nos ocupa la rutina y de todo cuanto debemos recobrar”. Por el hecho de que el buen padre no posee otra cosa que decirme: – ¿POR QUÉ TE HACE PERDER LA CABEZA? – realizando el chiste de la semana mientras que doblaba camisetas de buenos progenitores. “Que esto no se pregunta hombre y menos en estos instantes”, pensé. Pero tras su insistencia, deseando comprender el porqué de esta leyenda y no otro, accedí y comencé: – Ya que tú lo has amado, ¿por qué razón me haces perder la cabeza? Pues por el momento no me miras igual, pues en el momento en que afirmas “qué atractiva andas” jamás está a mí, siempre y en todo momento es la buena hija, por el hecho de que hace meses que no observamos una película juntos, pues nuestra comunicación es mucho más dinámica por whatsapp, por el hecho de que hace bastante que no me afirmas te deseo, por el hecho de que… por el momento no te gusto… Es la barriga, ¿no? ¿No me ves interesante? Pues le falta emoción, desenfreno, pasión a nuestro día a día… Sobra decir que las hormonas disparadas se apoderaron de mí y me hicieron dramatizar a límites nunca pensados hasta el momento en que el buen padre, que me miraba con cara de pocos amigos, me va interrumpir: – Coloca el freno, que la leíamos. Me refería a qué me vas a contar lo bueno que te hace estar ida por mí y perder la cabeza… – Ah, eso… Sí, cariño pues no hay ninguna persona como tú. Pues sin ti estaría desquiciada, encerrada en un psiquiátrico, pues tú eres el ying y yo el yang. Por tantas cosas… Mmmmm me quedé pensativa, consciente de que no tenía ningún sentido nada de lo que había dicho y en ese instante me dije “esa noche es la noche…”. Acabé de elaborar todos y cada uno de los KITs de San Valentín y… el resto mejor no lo enseñamos… En este momento le toca a nosotros. ¿QUÉ TE HACE PERDER EL JEFE POR EL BOMPADRO? Una cosa buena y otra no tan buena. Las anécdotas mucho más amenas tienen premio. SORTEAMOS UN SÚPER KIT SAN VALENTÍN como este, pues luce de este modo de guapos la semana próxima. Para formar parte solo debe ser #malasmares confeses. Si todavía no lo eres, haz click AQUÍ y dejar un comentario con estas 2 cosas que te hacen perder la cabeza por él. ¡LOVE is in the AIR! Sorteo abierto hasta el lunes próximo 9 de febrero. Y recuerde que puedes hallar uno en soymalamadre.com con súper precio particular de 30€ hasta el 15 de febrero. Nuestro KIT, con packaging particular, incluye: – Remera #malamadre. – Remera #bonpadre.– Tarjeta sirve para la #malamadre. – Tarjeta sirve para el #bonpadre. Y si todavía está sin ganas de poner algo de pasión en sus vidas, ESCUCHA EL NUEVO PODCAST sobre sexo que hemos grabado en Onda Mujer. ¡Altífonos encendidos y también imaginación en el poder! Merced a nuestra cooperadora Arancha por asistirnos a recobrar a la señora Libido.

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