Llegados el 19 de marzo y el primer domingo de mayo, aterrizan en el hogar los dibujos infantiles. Vuelven los dibujos y con ellos los pequeños obsequian a sus progenitores un trocito de su alma: sus grafismos «charlan» y comunican conmuevas. De ahí que suponen asimismo una ocasión de oro para efectuar una lectura rápida de la relación que sostienen con el planeta y con la familia.
Para los pequeños, la celebración empieza bastante antes del día del padre o de la madre, y hay una liturgia de preparación que antecede al ‘Día D’, este en el que entregarán el dibujo hecho de manera expresa para ellos, y en los que manifestarán una secuencia de mensajes susceptibles de interpretación. Reconozcamos que es donde nos puede picar la curiosidad a los progenitores.
«Pequeños y pequeños feministas»
El cuento infantil «Pequeños y pequeños feministas», de Blanca Lacasa y Luis Amavisca que publica Nube Ocho, repasa multitud de ocasiones del día a día que históricamente estuvieron atravesadas por la creación de permisos y estereotipos de género desde edades muy tempranas, como son: los juguetes que emplean, los deportes que practican, las profesiones que se dejan soñar o los colores que utilizan.
Interior libro «Pequeños y pequeños feministas» de Nube Ocho.
Decisión de colores
Los colores son un indicio esencial del estado anímico de un niño. Por poner un ejemplo, la inclinación a emplear colores como el azul o el verde revelan un planeta interior equilibrado, al paso que usar colores como el colorado o negro tienen la posibilidad de ser una señal de alarma puesto que son signos de impulsividad, tristeza o agresividad.
De igual forma, puede ser alarmante la utilización de uno o 2 colores en el momento en que el niño tiene a su predisposición mucho más opciones entre aquéllas que escoger. En un caso así, puede ser una señal de apatía o carencia de motivación.
El dibujo sana
Si tu hijo es a mucho más alta sensibilidad o alta aptitud, de lo que sabes que hablo bastante en el blog, tienes además de esto una herramienta sanadora en el dibujo. Y como las dos personalidades son autocríticas en radical, evaluarlos no les hace ningún bien. Ellos mismos es suficiente para evaluar como deficientes sus trabajos (he visto a Fresa enjuagar papeles, tirar dibujos y plañir por dibujos que no le salían). La intensidad de todo el mundo precisa una válvula de escape que encaja con perfección con la expresión plástica. Pero es necesario nuestro respeto, o en caso contrario invadiremos su espacio de terapia, invadiremos su charla personal.
Con el dibujo los pequeños resuelven inconvenientes libres de matemática, resuelven enfrentamientos en la cabeza con los que después van a poder lidiar en la verdad. Desarrollan fantasías y batallan pesadillas. Enserio, no poseemos ni la más mínima idea de lo esencial que es esta herramienta para el avance personal del niño. Un niño que ve hermosura es un niño desbordado y reproducirla va a ser demasiado complejo para manos de niño. Si en este desarrollo nos interponemos con críticas, consejos o goma de eliminar, nos encontramos frustrando una vía mucho más que digna de comunicación y limpieza mental.