dios nos hizo un regalo muy especial cambio dos condiciones

El día de hoy es día de Navidad y es mi último producto de este 2022. He amado comunicar ciertos deseos que tengo en lo personal en una temporada que es particular para mí y para bastantes mucho más en el mundo entero. Como muchos, medré observando en televisión los conocidos cuentos de Navidad que nos sembraron valores muy trascendentales para la vida; pero más que nada, la melancolia que nos acompaña en esta temporada del año provoca que se combinen anhelos con contrariedades presentes en un ambiente tan hostil. Mi primer deseo es que concluya inmediatamente la guerra en Ucrania. No culparé a absolutamente nadie particularmente por este conflicto armado pero sí que debe imponerse la intención del bien común y la sindéresis en estos momentos. No se justifica una muerte mucho más por cualquier clase de guerra en este siglo XXI. Es inconcebible que en nuestro de hoy estadio de civilización debamos recurrir a esta metodología para solucionar diferencias. Los pequeños, pequeñas, mujeres, jubilados y gente común padecen bastante con esta guerra absurda. Otro deseo que creo vital en estos momentos es que aprendamos todas y cada una y todos a transcribir los códigos de la desinformación que aflora por todas partes. Con la abundancia extrema de información merced a los adelantos de la tecnología de hoy, asimismo nuestro planeta recorre una sarta de patrañas, ciertas piadosas y otras no tanto, que en el final del día, procuran eliminar, distorsionar y también implosionar el ejercicio ciudadano y democrático a favor de los mucho más oscuros intereses. Con buenas herramientas para procesar la información, el planeta va a ser menos tóxico. Asimismo deseo, en un caso así particular para Venezuela, que desde el próximo año las cosas comiencen a mudar, verdaderamente. De ahí que requerimos un liderazgo político mucho más próximo a las pretensiones de la multitud, que interprete mejor las experiencias de la opinión pública. Que anteponga los intereses colectivos a los particulares. Mucho más humanidad y mucho más amor al prójimo. Que México sea un reinicio desde la reconciliación de las diferencias y distensión que deje desenlaces muy específicos para el país, para la multitud. Por promesa. Por apostar al futuro. Las Navidades son particulares, alén de su concepto real y de la relevancia que tuvo y que tiene para la raza humana entera. Ese nacimiento ad hoc marcó la vida de millones de humanos. En la mitad de muchos enfrentamientos y diferencias, Jesús de Nazaret nos dejó valores cuya vigencia de hoy invita a la reflexión profunda alén de su concepto espiritual o teológico. La vida concebida desde el servicio a el resto, desde la sinceridad, desde el acompañamiento directo a los mucho más humildes para prosperar su condición, entre tantas parábolas aleccionadoras, nos detallan que la raza humana puede ser mucho más caritativa entre sí y con el resto de las especies que distribuyen este precioso mundo.2023 tiene todas y cada una de las condiciones para realizar confluir los buenos deseos. Tras mucho más de un par de años sometidos al rigor de una pandemia horrible, la raza humana debe concentrarse en temas como el fortalecimiento de la democracia, el cambio climático, las condiciones de vida de millones de humanos en muchas latitudes descuidadas y las migraciones. Aparte del tema de la guerra como mecanismo perverso de procesamiento de diferencias. Queda bastante por realizar, pero es ya tiempo que aprendamos a concentrarnos en las cosas que verdaderamente importan. Que cada humano tenga su navidad interior.

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