el mejor regalo que podemos recibir es tener la oportunidad

Anunciado en Cabeza Sana 54

Educar y comunicar instantes “a fuego retardado” significa respetar sus ritmos, proporcionarles espacio para realizarse, que no se brinquen etapas, que medren y que evolucionen sin el agobio y la exigencia que hemos generado a su alrededor. Este es el más destacable obsequio.

Esta visión didáctica se apoya en la filosofía slow, que manifiesta la necesidad de privilegiar un estilo de vida mucho más calmado, fomentando de esta forma la madurez, la evolución y la creación de nudos desde la progresión natural del niño , sin prisas.

El tiempo de calidad crea vínculos mucho más equilibrados y capacidad el avance de los pequeños

Les hablamos en múltiples oportunidades de la relevancia de pasar tiempo en familia; o sea, tiempo de calidad. No solo crea vínculos mucho más equilibrados y perdurables en el tiempo, sino asimismo nos proporciona la posibilidad de transmitirles valores, trabajar capacidades y, más que nada, estar atentos de sus pretensiones. No obstante, entendemos que no en todos los casos es simple tener este tiempo y sucede que, no nos engañemos, el ritmo frenético que llevamos no nos asistencia bastante en el momento de gozar de estos pequeños instantes con nuestros hijos. De ahí que, es primordial explotar los días de vacaciones y festivos, como puede ser la Navidad.

Varios nos preguntamos qué provoca que el tiempo ordinario pase a ser tiempo de calidad con los pequeños. Y, la contestación es muy sencilla: ofreciéndoles y viviendo vivencias novedosas con ellos.

¿Por qué razón deseas ofrecer un obsequio?

Tiende a suceder con frecuencia, que no disponemos un deseo real para ofrecer un obsequio. Sencillamente pensamos que es algo que debemos realizar, por el hecho de que es lo que se hace en estos instantes.

Nos encontramos programados para meditar en obsequiar «cosas» para quedar bien y cumplir el deber. Pensamos de manera automática en compras: consumos y excesos. Es bien difícil evitarlo.

¿Qué llevar a cabo en el momento en que nos llega una protesta?

No lo olvidemos, no debe estar preocupados tanto el fallo cometido como nuestra aptitud de solventarlo a tiempo y de forma exitosa para el cliente. La protesta es una ocasión siempre y cuando la gestionamos de manera eficaz y práctica, y como es natural aportando resoluciones al cliente. Por este motivo, esta administración debe tomar en consideración:

● No perder de vista el aspecto sensible. Es primordial empatizar cuanto antes con el cliente y que verdaderamente vea que comprendemos sus reclamaciones, pretensiones y intranquilidades. Esto quiere decir, primeramente, entender percibir y más tarde disculparse, ofrecer explicaciones adecuadas y correctas y sugerir una solución. En todo este desarrollo va a ser escencial exhibirnos veloces en las respuestas y adoptar una actitud siempre y en todo momento conciliadora. ●      Administrar la protesta con velocidad y diligencia. Veo 4 puntos clave en la administración de incidencias. Primeramente, en el momento de sostenerle informado a lo largo de todo el desarrollo. Un segundo aspecto primordial es confirmarnos de que, ciertamente, se hace la solución. El tercer punto es revisar que se soluciona la incidencia en el período prometido y, para finalizar, contrastar que el cliente está satisfecho. ●     Llevar a cabo actualizaciones a nivel de procesos. No solo hablamos de excusarnos y de arreglar una protesta específica. Si verdaderamente aprendido el fallo, vamos a deber llevar a cabo todo cuanto esté en nuestras manos a fin de que estos fallos, una vez detectados, no se vuelvan a generar. Esto probablemente se va a traducir en la incorporación de ediciones a los procesos o de la creación de novedosas metodologías de trabajo. ●      Compensar al cliente. “Abonar” por los fallos realizados devolviendo dinero, producto o repitiendo un servicio es el mensaje mucho más fuerte que puede ofrecer una organización. Todo el planeta puede cometer fallos, pero no todas y cada una la gente y compañías causantes aceptan su coste.

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