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Oraciones a tener en consideración sobre el libro de «El Principito»
- Todas y cada una la gente mayores fueron pequeños antes. (Pero escasas lo recuerdan).
- En el momento en que el secreto es bastante pasmante es imposible desobedecer.
- Es requisito que soporte 2 o tres orugas si deseo saber las mariposas.
- Hay que reclamar a cada uno de ellos lo que cada uno de ellos puede llevar a cabo.
- Es considerablemente más bien difícil juzgarse a sí mismo que el resto. Si consigues juzgarte a ti, eres un auténtico sabio.
- Es triste olvidar a un amigo. No todos tuvieron uno.
- Derecho, siempre y en todo momento enfrente de uno, es imposible ir lejísimos…
- En el momento en que se desea ser ocurrente pasa que se engaña un tanto.
- Para mí no eres aún mucho más que un chaval similar a cien mil chicos. Y no te necesito. Y tú tampoco me precisas. No soy por ti mucho más que un zorro semejante a cien mil zorros.
Pero, si me familiares, vamos a tener necesidad el uno del otro. Va a ser para mí único en el planeta. Voy a ser para ti único en el planeta…
- Hete aquí mi misterio. Es muy sencilla: no se observa bien con el corazón. Lo fundamental es invisible en los ojos.
- El tiempo que perdiste por tu rosa provoca que tu rosa sea tan esencial.
- Lo que embellece el desierto –ha dicho el principito- es que oculta un pozo en cualquier lugar…
«Todas y cada una la gente mayores fueron pequeños antes. (Pero escasas lo recuerdan)» #ElPrincipito #libro #LecturaRecomendadaClick To Mensaje de Twitter
«Donde no hay pelea, no hay fuerza»
Esta mujer es un pensamiento de pelea. Más allá de padecer de abuso sexual a los 14 años, la enorme catástrofe no atenuó el valor. Comunicar este acontecimiento con el público ha causado una enorme admiración y respeto por su crónica. Su espectáculo se transformó en un espacio de acompañamiento para las confesiones mucho más íntimas desde personas recurrentes hasta conocidos.
¿Y quiénes tienden a ser mucho más proclives a chantajear emotivamente?
Ya que como contrapunto en el parágrafo previo, hay personas que reconocen, defienden y priorizan sus pretensiones con afán, pero que desdeñan o quitan relevancia a las pretensiones y deseos extraños. Esta combinación les transforma en potenciales manipuladores, con frecuencia en artistas del chantaje sensible.
Fijémonos en que, en los dos casos, el inconveniente deriva del mismo punto, de la transgresión de los límites particulares, pero al paso que la persona con baja autovaloración va a tener unos límites inexistentes o muy enclenques y va a ser absorbida por las pretensiones avasadoras del resto, la persona manipuladora procurará absorber y acondicionar a el resto con las suyas.