“El en este momento es un obsequio” se encuentra dentro de las oraciones sabias que cita el profesor Oogway en la película Kung Fu Panda. En esta animación el personaje principal es un joven oso panda con sobrepeso y escasas capacidades, cuyo sueño es transformarse en un profesor del Kung Fu. Por el sendero hacia sus propósitos, se muestran varias enseñanzas como la relevancia de tener una actitud de vivir el presente sin culpabilizarnos por el pasado ni angustiarnos por el futuro:
“El ayer es historia, el mañana es un secreto, y el presente es un obsequio, de ahí que se le llama presente”
Saltos acrobáticos y filosofía oriental
La pelea entre los dragones colosales ahora se da en las gradas de la enorme pantalla. Tanto Disney/Pixar como Dreamworks Animation, mucho más algún espontáneo como la Fox, Blue Sky Studios o Columbia Pictures, sudan la gota gordita para dotar a las películas de animación de capaces armas de atracción visual. Y de esta manera andamos ciertos enormes, con la mirada desviada hacia otro lado en el momento en que debemos llevar a cabo cola entre muchos papis con pequeños y preadolescentes palomitas y gominolateros (asombroso estoy de que un chaval de diez años logre tragar un tanque enorme de palomitas+ gominolas mil en las 4 de la tarde). Ya que afirmaba, que con lentes de sol y el disfraz de espía allí yo, en la mitad de esos espectáculos animados con animales, que me estropean. Y sucede que mi fichero memovisual es bastante terminado, por no estar acompañada de ningún niño, y lo mismo va de Disney a la factoría de sueños de los tres mosqueteros con Spielberg adelante: Monstruos Inc, Shrek, Ice Age, Intentando encontrar a Nemo , Bee Movie, Madagascar, Ratatouille, Los pasmantes, o Stuart Litlle. Por consiguiente, ¿de qué manera yo me atrevería a perderme este pastelito que se muestra en avanzada gestación tecnológica, con ínfulas de filosofía oriental, y con un bello y amarillento oso Panda? ¡Irrealizable, my friend!
Kung Fu Panda es una piruleta de categoría del cine de animación. Un trabajo a la altura del primer Shrek, y considerablemente más complejo que Madagascar. Los causantes de hacer cine para pequeños están comprendiendo la relevancia de ofrecer importancia prácticamente humano a los animales, y la de anunciar al niño especies que quizás estén extintas en el momento en que estos ojos que miran pasmados tengan mucho más de veinte años. En esta ocasión tocaba la civilización oriental, mucho más en concreto la china, más allá de que es la mucho más famosa por occidente, a través de emigración globalizada. Muy correspondiente resulta el estreno de Kung Fu Panda por año de las olimpiadas chinas, aparte de por el atrayente que hace ya tiempo tienen las películas de guerreros con distintivos de dragones y artes marciales adornadas con saltos inmortales. Si a esto le agregamos el legendario éxito del Kung Fu, que dejó su huella indeleble desde David Carradine, y la vuelta al héroe imperfecto, próximo a nosotros en todos de sus metes de pata, si bien proveído de ‘una pequeña promesa para conocer su punto fuerte, ahora poseemos la fórmula segrega, si bien la moralidad sea exactamente que no hay fórmula segrega, (¡y toda la vida engañados con esto de la fórmula de la Cocacola!).