El don espiritual de profecía es una habilidad dada por el Espíritu Santo a algunos creyentes cristianos, para recibir y transmitir mensajes de Dios (1 Cor 12-14).
Tenemos la responsabilidad dada por Dios de desarrollar los dones espirituales que Él ha invertido en nuestras vidas (2 Timoteo 1:6,14). El don de profecía, como con otros dones, se beneficia del aprendizaje, la formación y la práctica. La Biblia nos enseña que la vida de nuestra iglesia local es el contexto principal en el que debemos desarrollar y ejercitar nuestros dones proféticos (1 Cor 14).
Si desea saber cómo desarrollar su don profético, aquí hay cinco contextos en los que puede hacerlo, junto con algunas ideas para ayudarlo a comenzar:
1. Desarrollo personal de tu don profético (Hab 2, 1-3)
- En tus momentos de oración personal, pregúntale a Dios si tiene un mensaje o una idea sobre la situación, la persona o el grupo por el que estás orando. En particular, preste atención a las imágenes, ideas, pensamientos, escrituras e historias bíblicas que le vengan a la mente mientras ora;
- Use su conocimiento de la Biblia como base para filtrar cualquier cosa que no sea del Espíritu Santo. También use la Biblia como su fuente principal para descubrir el significado de cualquier simbolismo profético;
- Escriba sus pensamientos y experiencias proféticas. Identificar qué palabras proféticas han demostrado ser precisas con el tiempo puede ayudarlo a afinar su don. Documentar sus profecías también puede ser útil si desea obtener consejos o comentarios de un mentor o líder;
- Busque recursos útiles como capacitación en Internet, DVD y libros que puedan enseñarle cómo crecer en su don profético. Ten cuidado con los profesores que eliges. Si no está seguro, revise los materiales didácticos con líderes o amigos cristianos maduros.
2. Un mentor profético (1 Reyes 19:19-21)
- Un buen mentor puede ayudarte a crecer en tu ministerio profético. Si alguien de quien le gustaría aprender tiene demasiados compromisos para dedicarle tiempo personal, aún puede aprender de ellos observando su ministerio y encontrando formas prácticas de ayudarlos;
- Verifique que su mentor participe en la vida de una iglesia saludable, sea responsable ante el liderazgo y tenga una actitud positiva sobre la vida de la iglesia;
- Dios trae diferentes mentores dentro y fuera de nuestras vidas para diferentes etapas de crecimiento en nuestros dones. Esté dispuesto a abandonar una relación de tutoría cuando sea el momento de seguir adelante. Confíe en Dios para proporcionarle nuevos mentores cuando los necesite.
3. Desarrollar tu don profético en un grupo pequeño
- Un entorno de grupo pequeño es una excelente manera de comenzar a activar su don de profecía. Aquí, puede salir y probar con personas seguras en las que confía;
- Puede ser una célula de la iglesia, un grupo en el hogar o uno o más compañeros de oración. Es un aspecto importante de la seguridad que su grupo tenga algún tipo de responsabilidad de liderazgo;
- Un grupo seguro es aquel en el que puedes probar la profecía sin tener miedo de equivocarte; donde no serás juzgado de manera negativa, sino que recibirás comentarios útiles sobre si la profecía es significativa;
- Cuando está comenzando, no tiene que adoptar un enfoque autoritario para entregar la profecía. Puedes comenzar una palabra profética diciendo: ‘¿Significa… algo para ti?’ ‘Creo que Dios está diciendo…’ ‘Estoy sintiendo…’ Pregunte si alguien más en su grupo puede identificarse con lo que ha recibido.
4. Crecer en el ministerio profético en tu vida de iglesia (1 Cor 12-14)
- Si hay un grupo profético o un departamento de oración en tu iglesia, te beneficiará unirte o al menos conectarte relacionalmente con sus líderes;
- Pídales a sus pastores o líderes pautas sobre la mejor manera de presentar una palabra profética para su iglesia. Adopte cualquier protocolo con gracia y entusiasmo. Existen pautas para proporcionar un lugar seguro tanto para los que dan como para los que reciben la profecía (1 Cor 14:26-33);
- Preste atención a cómo otros en la comunidad de su iglesia transmiten palabras proféticas. Aunque su contribución será única, observar qué profecías traen bendición a la iglesia y son bien recibidas puede ser de ayuda;
- Si hay un profeta o un orador profético visitando su iglesia, dé prioridad a asistir a las reuniones donde él o ella estará ministrando. Observar ministerios proféticos maduros es una excelente manera de aprender y crecer en su don.
5. Desarrollo profético en la comunidad cristiana más amplia
- Busque sesiones de capacitación profética en su comunidad o región. Recibirá el mayor beneficio cuando pueda practicar la profecía y recibir enseñanzas al respecto;
- También le puede interesar asistir a conferencias donde el ministerio profético es un tema, o donde un profeta u orador profético respetado está ministrando;
- Si asiste a un curso de capacitación profética fuera de su iglesia, es una buena idea asesorar a sus líderes. Esto les permite saber que te tomas en serio el desarrollo de tu don profético. También les da la oportunidad de hacer preguntas o compartir cualquier inquietud que puedan tener sobre el ministerio al que asiste.
La retroalimentación es importante (1 Corintios 14:29)
Hay un dicho que dice: ‘La retroalimentación es el desayuno de los campeones’. La retroalimentación es vital para desarrollar su don profético. Cuando esté comenzando, puede compartir su profecía con un mentor o líder e invitar a comentar antes de entregarla. Esto requiere coraje, pero es un acto de humildad que acelerará su crecimiento en el ministerio profético. La retroalimentación también puede provenir de una respuesta de la persona o líder al que le envió una profecía.