Organizar un regalo sorpresa por Whatsapp

Una amiga va a hacer 50 años en breve.

Su compañero quiere montarle una fiesta sorpresa.

Bueno, fiesta , lo que se dice fiesta, no.

Estamos en pandemia y las fiestas no son recomendables.

Así que quiere organizar un regalo sorpresa.

Por ello ha organizado un grupo de Whasapp.

Muy bien.

Es lo que se lleva ahora.

Grupos de Whatsapp por cualquier tema.

Muy bien.

Y en este grupo ha metido a las personas que cree que pueden participar.

Muy bien.

Ha metido a 60 personas.

¡¿Cómo?!

¡60 personas!

Pero si con 10 personas los temas se eternizan, con 60 no quiero ni pensarlo.

El tipo empieza a escribir.

Logistica.

Ideas.

Propuestas.

Y la gente empieza a contestar.

Y yo ya me he perdido.

Al día siguiente miro el grupo.

35 mensajes sin leer.

No sé que hacer.

¿Lloró?

¿grito?

¿me hago el muerto?

En las películas de tiros a veces funciona eso de hacerse el muerto.

¿qué hago?

No soy capaz de leer los 35 mensajes.

¿digo algo?

Puede ser contraproducente.

¿y si le escribo directamente?

Venga.

Buena idea.

Le escribo.

“Hola. Me he perdido con los mensajes del grupo. ¿Me puedes decir como habéis quedado?”

Espero.

Un rato.

Y un rato mas.

Me despisto con otras cosas.

Al rato vuelvo a mirar el Whatsapp.

Me ha contestado.

“Hola. Como puede que haya mas personas como tu. Te he contestado al grupo en general”

Nooooooooooooo….

Noooooooooo….

Miro el grupo general.

Noooooooooooo….

23 mensajes no leído.

Nooooooooooooo….

El tipo habrá escrito la información que le pedía y la gente ha vuelto a contestar.

Noooooooooooo….

Esto es un infierno.

¿Qué hago?

Me leo los 23 mensajes.

Espera.

Ahora son 27 mensajes.

¿cómo puede crecer tan rápido?

Pues nada.

A leer se ha dicho.

Busco la información que busco en la cantidad de mensajes escritos.

Creo que la he encontrado.

“Hola. Para los que se han perdido haré un pequeño resumen. Hemos quedado en hacer un video de 20 segundos en horizontal, hay que mandarlo al e-mail [email protected] y después hacer una transferencia de 10 euros a la cuenta”

¿una transferencia de 10 euros cada una de las 60 personas?

¿pero que regalo quieren hacerse?

¿una casa nueva?

Ya tengo una idea para mi cumpleaños.

Voy a invitar por chat a 1000 personas que pongan 20 euros cada una.

Será divertido.

Pero si sale, ya tengo unas bonitas vacaciones pagadas.

Miro el chat de Whatsapp.

Lo primero que leo; “perdonad, ¿el video es de 30 segundos?”

Jajajaja… alguien parece tan perdido como yo…

“no, creo que era de 35 segundos mínimo”

Jajajajaja… esto es un caos…

¡Organización! ¡Organización!

Jajajajajaja… esto es muy divertido.

“¿A dónde se ha de enviar?” – pregunta alguien.

“Creo que era a [email protected]” – responde alguien que no tiene ni idea. Pero ¿para que respondes?

Que responda el organizador.

¿O les lio un poco mas?

“creo que era de xx segundos y se ha de enviar a [email protected]. Hay que despejar xx”

“pero ¿que dices de despejar xx?”

“No sé , es que me he perdido”

“pues no sé para que hablas”

¡pelea! ¡pelea!

¡con lo que me gustan las peleas en Whatsapp!

O en cualquier red social.

Voy a contestar.

Vaya.

Me han echado del grupo.

Vaya.

“Te he sacado porque estabas liándola” – recibo por privado del organizador.

Tiene razón.

“perdona. Me he equivocado. No lo volveré a hacer” – respondo.

¿No sé de que me suena esta frase?

Estoy perdonado.

Bien.

“gracias por reintroducirme en el grupo. Disculpad por haberla liado en el grupo antes” – es lo primero que escribo.

“No deberías haberlo hecho” – dice alguien

“no es para tanto” – responde alguien mas

Y se empiezan a enzarzar en una discusión sobre ética que nada tiene que ver con el grupo.

Esto es un caos.

Desconecto.

 

Al día siguiente miro el chat.

57 mensajes sin leer.

Dios mío.

Cuanta energía desperdiciada que se podría aprovechar para plantar árboles o recoger plástico de los mares o yo que sé…

En fin.

No voy a leer los mensajes.

Me he apuntado lo que quería.

Y si han cambiado, mala suerte.

Grabo mi video de 20 segundos.

Lo envío a la dirección que habían indicado.

Y me olvido.

Si me equivoco. Ya me dirán.

Pero no me dicen nada.

 

Ha pasado una semana desde el envío del video.

En el chat hay 138 mensajes sin leer.

Madre mia.

Y por mi parte se van a quedar sin leer.

Seguro que son muy interesantes.

Directamente no me han dicho nada del video.

Así que nada voy a rectificar.

 

Llega el día del cumpleaños de nuestra amiga.

Hago la transferencia instantánea.

Estoy por poner “espero que compréis una buena casa”

Pero solo pongo “Feliz cumpleaños”

Miro el chat.

Han añadido a la afortunada cumpleañera.

Todos felicitan.

Yo también.

Envían el video completo al chat.

No lo voy a bajar porque se me colapsará el teléfono.

Y no conozco ni a la mitad de las personas que aparecen.

Siguen las felicitaciones.

O lo que sea.

Los mensajes sin leer van subiendo… 22…26… 34… en segundos…

Vuelvo a felicitar.

Envío besos

Y salgo.

Ya está bien.

No me he enterado de la mitad de la historia pero creo que todo ha salido bien.

Enhorabuena por el organizador.

Se merecen la nueva casa.

O las vacaciones en las islas Maldivas.

O lo que sea.

¡Felicidades!

 

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