Pakistán, un país situado en el sur de Asia, que comparte fronteras con Afganistán, China, India e Irán, es un estado islámico inmerso en una rica cultura. Si alguna vez ha estado en Pakistán, debe haber visto la gran diversidad de culturas y tradiciones que crean una vista muy colorida y emocionante. Sin embargo, una cosa que todas las culturas aquí en Pakistán tienen en común es la hospitalidad incomparable y conmovedora que muestra la gente de todas las regiones y rincones del país.
De las muchas bellas tradiciones que prevalecen aquí, una de las más comunes es la de hacerse obsequios, especialmente a los invitados del extranjero. Los invitados extranjeros son tratados con gran entusiasmo y calidez y los paquistaníes se enorgullecen de hacer que sus invitados se sientan como en casa y están ansiosos por recibirlos con los brazos abiertos. Hay una rica tradición de hacer llamadas en las casas de los demás. Si lo invitan a la casa de un paquistaní, es costumbre llevar un pequeño regalo para su anfitrión, como flores, dulces o chocolates. Se considera una buena etiqueta no abrir los regalos al recibirlos. Además, el invitado debe presentar el regalo con ambas manos.
Además de presentar obsequios cuando se visita la casa de un pakistaní, también se acostumbra presentar obsequios en las bodas a los novios, generalmente ropa, piezas de decoración o pequeños artículos de joyería. Los cumpleaños y la inauguración de la casa son dos ocasiones que se celebran con mucho entusiasmo, exactamente como se celebran en todo el mundo, con una rica tradición de presentar regalos a los cumpleañeros. También se considera costumbre que los padres de un recién nacido repartan dulces entre familiares y amigos.
Esta tradición de obsequiar a los invitados con dulces y regalos es, sin duda, una hermosa tradición que aún prevalece entre la gente de Pakistán. La comunidad paquistaní está bien unida con personas extremadamente cercanas entre sí según el espíritu de sus creencias religiosas.
Dos de las ocasiones más importantes que celebran los paquistaníes son las ocasiones religiosas; Eid-ul-Fitr y Eid-ul-Azha. Eid-ul-Fitr se celebra como el final de 30 días de ayuno continuo durante el mes de Ramadán. Las personas se visitan durante estas dos celebraciones religiosas más importantes y es costumbre intercambiar dulces, brazaletes, henna y otros obsequios habituales.
Con motivo de Eid-ul-Azha, todos los paquistaníes intercambian carne de sacrificio y la distribuyen también entre los pobres. Aparte de esto, es costumbre que los peregrinos que van para el hajj (peregrinación) a La Meca lleven agua bendita y dátiles para sus amigos y familiares, los cuales son venerados debido a su conexión con la tierra sagrada (La Meca se considera un lugar sagrado por los musulmanes de todo el mundo). De hecho, no estaría mal concluir que el intercambio de regalos es probablemente una de las tradiciones más comunes que se practican en Pakistán. Es una práctica grabada tan profundamente en la cultura que ha formado prácticamente la parte más importante de ella.